Aquí y ahora: solo estás en el presente
Una eterna duda, de las existenciales: Nos movemos mucho, sí… ¿pero no estaremos dormidos? ¿Cómo conectar con uno y con lo que nos rodea? ¿Cómo abrirnos al aquí y ahora sin vivir tironeados por culpas pasadas o proyecciones futuras? ¿Cómo despertar consciencia? Aquí va un breve vídeo sobre estos temas, o, en definitiva, sobre la importancia de detenernos a escucharnos un poco (o un mucho). Te animo a que si crees que esto puede aportar algo a alguien, lo compartas… Y que si algo se ‘menta en tu mente’ lo comentes… locamente o como quieras 🙂 ¡Buena estadía en este día!
El movimiento miente.
Sobre todo el mental.
Lo elemental no está en lo mental.
No está en tal o cual elemento de la mente;
el alimento de la vida no es la mente.
La mente. La mente te resiente
no resientas con la mente lo que sientes.
La mente disiente, siempre disiente;
el consciente del sentir
es quien consiente.
Pregúntate dónde te sientas,
dónde te asientas;
dónde está,
dónde está eso que sientes.
Ahí donde te sientas es ahí donde te asientas;
lo que se asienta en todo es lo que sientes.
Por eso, ahora, siéntate: estás en tu aposento.
¿Lo presientes?
Tu aposento es lo que sientes.
No te sientes en tu mente,
siéntate en tu aposento.
Lo esencial no se asienta en la mente.
Y ahora, quietud, actitud de quietud;
recuerda: el movimiento miente.
Ahora quietud, actitud de quietud;
la virtud de la quietud
es el presente.
Desde la mente que fragmenta
no vives el momento.
Quieto. Quédate quieto y siente.
Presencia tu esencia, presencia tu quietud.
Desde la mente ausente
siente el presente.
No la quites. No podrás.
Solamente aquieta mente.
Tu manto no es tu inquieta mente.
No la quites. No podrás.
Solamente aquieta mente.
Y siente:
solo estás en el presente.
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